Carta d’un metge …

Trabajo atendiendo a personas con infección por el VIH en un hospital público. De los 1.000 pacientes bajo mi cuidado, unos 150 son inmigrantes. Ni uno solo ha hecho turismo sanitario, y la mayoría no sabían que estaban infectados cuando dejaron su país en busca de un trabajo con el que ganarse la vida, o se han infectado estando en nuestro país.

Muchos de ellos perderán la tarjeta sanitaria y su tratamiento antirretroviral en agosto si se cumple lo anunciado por la señora ministra. Serán los elegidos para morir por el bien de los españoles.

Ahorraremos algo de dinero de nuestras maltrechas cuentas dejándoles morir, pero no nos importará porque son ilegales. No lo merecen. No existen. Pero yo conozco sus nombres y sus caras y cuando me despida de ellos en la consulta sabré que soy parte de la hipocresía de una sociedad donde el derecho a la vida es solo para algunos. ¿Qué sentirá un político tomando decisiones que suponen la muerte de personas en aras de un bien supuestamente superior, como es la reducción del déficit? Espero no estar nunca en su pellejo.— Federico Pulido Ortega.

La Il·lustració en els temps líquids

La Il•lustració és la sortida de l’ésser humà de la seva minoria d’edat, de la qual ell mateix és culpable. Minoria d’edat és la incapacitat de servir-se del propi enteniment sense la direcció d’un altre. Ell mateix n’és culpable, d’aquesta minoria d’edat, perquè la seva causa no consisteix en un defecte de l’enteniment, sinó en la mancança de la decisió i del coratge de servir-se del seu propi enteniment, sense la direcció de cap altre. Sapere aude! Tingues coratge de servir-te del teu propi enteniment! Aquesta és, doncs, la divisa de la Il•lustració.

La peresa i la covardia són les causes del fet que una part tan gran dels éssers humans -malgrat que la natura els declarà ja fa molt de temps lliures de direcció aliena- romanen de bon grat menor d’edat per tota la vida, i del fet que a altres els és tan fàcil erigir-se en els seus tutors. És tan còmode ser menor d’edat. Si tinc un llibre que em reemplaça l’enteniment, un director espiritual que em substitueix la consciència, un metge que em dictamina la dieta, i així successivament, aleshores ja no cal que passi ànsia. Ja no tinc cap necessitat de pensar ,n’hi ha prou de pagar, que d’altres em substituiran ben aviat en tal fatigosa empresa. La gran majoria dels éssers humans (incloent-hi la totalitat del bell sexe) considera molt perillós el pas cap a la majoria d’edat i que, a més, és penós; d’això ja se n’ocupen els tutors, els quals molt gratament han pres coma càrrega pròpia la inspecció general dels altres. Després d’atabalar, en un primer moment, el seu ramat domèstic i de prevenir amb tota cura aquestes tranquil•les criatures d’arriscar-se a fer cap pas fora del reducte de pràctiques en què estaven tancades, els mostraren el perill que les amenaçava si intentaven de caminar soles. És clar que aquest perill no és certament tan gran, ja que després de caure algunes vegades finalment haurien après de caminar; tanmateix, un sol exemple d’accident d’aquesta mena ja provoca timidesa i, habitualment, lleva les ganes de fer un altre intent posterior.

Kant, 5 de desembre de 1783.

L’extrema dreta econòmica

Interessantíssim article de Jordi Muixí Rosset, La extrema derecha económica  (EL PAÍS, 14/03/2012)

Parece como si todo lo que nos está pasando sea irremediable, que nadie sea responsable de nada, que nadie sea dueño de su vida y que todos aceptamos resignadamente las consecuencias deshumanizadoras de una enfermedad que nos destruye como personas y como sociedad y que no somos capaces ni de reconocer.

(…)Hubo un cierto consenso en la creencia de que el único sistema económico mundial viable era la economía de mercado que, mediante unas reglas establecidas, debía conciliar libertad individual y justicia social, libre competencia e igualdad de oportunidades.

(…)Llegados a este punto se puede considerar que la raíz de nuestra situación actual obedece a unaideología de una sola idea, la del dinero. No es el capitalismo regulado, sino la forma más salvaje de capitalismo despojado de cualquier aspiración moral que solo responde a los intereses de lo que podríamos denominar como la EDE, la Extrema Derecha Económica. Extrema, por su darwinismo social. Derecha, porque su referente es el dinero. Económica, porque se estructura en base a un mundo solo económico donde impera la anomia social y donde no importan la degradación humana y ecológica.

A diferencia de la exuberante Extrema Derecha Política que conocimos en el siglo pasado, la EDE del siglo XXI tiene un eje determinante: la opacidad. Desde el anonimato, a través de un sujeto colectivo impersonal —los mercados— ha ido marginando la economía productiva en beneficio de la economía especulativa, dejando a millones de personas sin trabajo por el camino y tentando a empresas responsables a buscar salidas irregulares.

(…)Albert Camus nos alertó de que la peste se propaga a través de lo más oscuro del ser humano. Hace algunos años, en un aeropuerto extranjero, me topé con una inmensa pared en la que solo había un diminuto anuncio publicitario. Se veía la imagen de una tarjeta de crédito y debajo se leía: “Todo lo demás es exceso de equipaje”. Si esa Extrema Derecha Económica consigue que nuestro exceso de equipaje sean los sentimientos, la relación con los demás, la exigencia de dar un sentido a nuestras vidas y reivindicar una sociedad más justa para nuestros hijos, es posible que la peste esté cerca. Entonces cabría preguntarnos por el motivo del propio viaje y hacia dónde nos dirigimos realmente.

La por a la protesta

Los tiempos están cambiando y la historia, ahora que el presente viene cargado de noticias sin futuro, puede arrojar alguna luz. Con esta crisis tan profunda, con millones de parados y con las políticas agresivas de recortes sociales, ¿estamos ante el final del “viejo” paradigma de consenso entre capital y trabajo que surgió después de la Segunda Guerra Mundial y que en España contribuyó a consolidar la democracia?

Hay claros indicios que así lo sugieren. Con un Gobierno tan convencido de su fuerza, de la bondad patriótica de sus políticas, y tan poco dispuesto a hacer concesiones, los sindicatos y movimientos sociales no podrán negociar, porque nada recibirían a cambio, y las protestas no podrán canalizarse a través de las instituciones y organizaciones ya establecidas. Frente a las políticas de desorden que surjan de ese escenario, el Estado, el Gobierno y los medios que los sustentan pedirán mano dura y acciones represivas de control social. Muchos ciudadanos se convertirán en súbditos y los trabajadores en clientes del capital, mientras que los sectores sociales más marginados y empobrecidos por la crisis económica achacarán a la democracia y a la política establecida el fracaso de un sistema que ya no les proporciona prosperidad material.

Esos pueden ser los efectos perversos de querer eliminar todos los temas, prácticas y reivindicaciones que se articulen al margen de la política oficial del Gobierno y de su partido. Esa definición restrictiva de la política abre las puertas de forma casi irreparable al triunfo del capitalismo financiero y especulativo y trata a los conflictos sociales como meros desafíos a la autoridad pública. Lo que hay detrás de ese proyecto ultraconservador, que se ha comido a la socialdemocracia, incapaz de ofrecer una alternativa, es salvaguardar la propiedad y el mercado y restaurar las relaciones laborales a favor del capital.

Al romper el amplio acuerdo en torno al crecimiento económico, los beneficios sociales y la distribución de riqueza, el nuevo orden acabará excluyendo y echando del sistema a muchos ciudadanos que ya lo habían asimilado. Pese a las lógicas ganancias que eso proporcione a las élites políticas y financieras, auténticas beneficiarias de ese nuevo orden, el resultado puede ser un nuevo período de confrontación, con altos niveles de conflicto violento extrainstitucional. Una vuelta, por otros medios, a la cultura de enfrentamiento que dejó arruinada a Europa no hace mucho tiempo.

-Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea, avui al diari El País (10-03-2012)

 

La frase que hem sentit més vegades els últims temps és que ara no és temps de queixa sinó de gent responsable. Com si manifestar-se legítimament fos en si mateix un acte d’irresponsabilitat. Molts pensem exactament el contrari, independentment de si la protesta ens toca de prop o no. És ara més que mai que la gent s’ha de deixar sentir, sempre pacíficament i sempre amb respecte, com d’altra banda ha passat en el 99,99% d’actes que s’han organitzat.

Per això no és just equivocar el focus i reduir una massiva manifestació d’estudiants a Barcelona a un energumen encaputxat que trenca vidres. Sí, ja sabem que hi ha delinqüents a tot arreu, i, per cert, alguns són invisibles i no porten caputxa, sinó vestit i corbata. Però el cor del problema és un altre, i és que als joves se’ls diu que no hi ha esperança, que no trobaran feina ni podran formar una família, i ningú, però sobretot els que governen, no té cap discurs mínimament articulat per donar-los alguna esperança. Quan hàgim detingut l’encaputxat de torn, què farem amb els altres centenars de milers? ¿Els direm que marxin a casa seva i ja està? Això sí, que ho facin en silenci i sense molestar.

(…)

Volem que protestin, però que no ens molestin. Però això en realitat és una absurda utopia, perquè només s’avança i s’obtenen drets a base d’incomodar, i, si no, fem un ràpid repàs de la història de la humanitat. Al poder, sigui del color que sigui, només se’l doblega quan se’l pressiona, i una de les millors maneres de fer-ho és alçant la veu. No sé si algú pretén seriosament que una de les pitjors crisis que hi ha hagut mai s’hagi de passar justament amb protestes innòcues, tímides i invisibles, però és evident que no serà així. De la mateixa manera que caldrà assumir el cost de la crisi, caldrà també reinventar-nos en això i processar bé totes les protestes. La reivindicació forma part de la condició humana.

– Ernest Folch al diari Ara (06-03-2012)

Les tres i les vint-i-cinc mil famílies

Ara han estat tres famílies. Demà en poden ser un parell més. Mentrestant, aquest curs uns cent vint-i-cinc mil xiquets valencians que sol·licitaven estudiar en català no ho han pogut fer i cap tribunal els empara. És tan flagrant la desproporció amb què la justícia espanyola tracta els afers aliens al seu model cultural monolingüe que l’única solució serà estripar les cartes i encetar una altra baralla.

-Màrius Serra

La Primavera del 2011

I la societat es va ficar malalta. I la crisi no era només econòmica sinó també política i social. I de cop una espurna.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demas. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano

Ens veiem a Plaça Catalunya.

Indigneu-vos!

“Apelemos todavía a una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos.

A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto:

CREAR ES RESISTIR.

RESISTIR ES CREAR.”

HESSEL, Stéphane. ¡indignaos!